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sábado, 17 de abril de 2021

Una segunda vuelta que nos divide

Odio, división y racismo es lo que está generando esta segunda vuelta en el Perú. Lima vs Provincia. Izquierda vs Derecha. Estatismo vs Libre Mercado. Cambio de constitución vs Permanencia de la constitución.

Por un lado, Pedro Castillo, profesor de colegio, rondero, dirigente sindical, conocido a nivel nacional por su participación como principal dirigente del magisterio en la huelga magisterial de 2017. Como político Castillo postuló a la alcaldía de Anguía el año 2002 por Perú Posible, sin embargo, no logro obtener el cargo, posterior a ello fue integrante del comité de Cajamarca de Perú Posible desde el 2005 hasta el 2017, cuando la inscripción del partido fue cancelada.

Castillo pasa a segunda vuelta con el 19.098% de votos válidos postulando por el partido Perú Libre de Vladimir Cerrón (condenado a 4 años y 8 meses de prisión efectiva por los delitos de negociación incompatible y aprovechamiento de su cargo como Gobernador de Junín) quién describe al partido como marxista, leninista y mariateguista dejando bien en claro su posición de extrema izquierda.

Por el otro lado, Keiko Fujimori, administradora de profesión, quien a los 19 años desempeño el cargo de primera dama (1994-2000) durante el gobierno de su padre Alberto Fujimori, posteriormente fue congresista durante el periodo 2006-2011 luego, postularía en dos oportunidades a la presidencia en los años 2011 y 2016 en ambos casos perdiendo en segunda vuelta electoral. Actualmente Fujimori viene siendo procesada por delitos de lavado de dinero motivo por el cual ha estado en prisión preventiva en dos ocasiones.

Fujimori pasa nuevamente a segunda vuelta con el 13.368% de votos válidos con el partido que ella misma fundó y lidera Fuerza Popular.

Ambos candidatos llevan consigo gran estigma social que limita conocerlos a profundidad, se les reduce al simple hecho de llamar terrorista a Castillo por sus supuestas vinculaciones con el Movadef y por su postulación por un partido de izquierda o de llamar corrupta a Keiko por sus procesos que viene llevando y porque se le culpa de los errores del gobierno de su padre pero, hay mucho más detrás de estos calificativos: odio, rencor, miedo… al parecer las emociones nos están nublando el juicio y no nos permite conocer al otro. VOTEMOS INFORMADOS.






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